Llevo quince años generando ideas para que las empresas crezcan. Vivo de esto y me encanta. Pero me he dado cuenta de algo muy loco.

La creatividad y la innovación ya no funcionan como recurso externo. Este mundo mutante exige llenar tu casa de cerebros esponjosos, ideas adaptativas y máxima agilidad.

Te aseguro que esto se aprende. Llevo un tiempo enseñando a innovar, ayudando a incorporar la creatividad en los procesos centrales de organizaciones y profesionales.

También comparto un email semanal con todo aquello que aprendo y es útil. Lo llamo Lifestorming y son ideas sin filtro. Nada de consejos copy-paste, ortodoxia de management ni coaching chill-out. Vamos, que no envío nada que yo mismo no considere una muy buena idea para aplicar en mi empresa, mi carrera o mi propia vida.

Te aseguro que mi umbral de exigencia es alto. Si el tuyo lo es todavía más, no me enfadaré si te das de baja.